domingo, septiembre 25, 2011

Día 268: Adobeterra, revoluciona el mercado de la construcción.

25 de septiembre del 2011

Revolucionaria el mercado de la construcción sobre todo en el segmento de interés social, pero, lo más importante es que pudiera generar una gran cantidad de empleo en comunidades endémicamente deprimidas.

Esta historia se comporta bajo los mismos parámetros conocidos desafortunadamente; Mexicano exitoso saca adelante una Pyme que revoluciona su mercado, rompe paradigmas, reduce precios, mejora procesos y ahora su crecimiento se encuentra limitado porque hay que buscar más recursos para financiar despegue exponencial.


Los que pudieran ayudarle no le entran porque se trata de un desarrollo tecnológico mexicano.

El mercado mexicano duda mientras el extranjero delira por los 14 productos que HOY ofrece ADOBETERRA.

La historia tiene más de 10 años y se inicia mientras el Ingeniero Jorge Valdivia conoce en los años 1993-1994 desarrollos de nuevos productos a partir del uso de la tierra. Las investigaciones se desarrollaban en Francia.

Valdivia, en México, decide acercarse a los resultados de esas investigaciones pero acaba con la “cosquilla” de poderlos mejorar. Así lo hace.

Nace la empresa en el garage de su casa experimentando con mezclas de tierra y un “gato” usado para cambiar una llanta ponchada de cualquier auto.

Las ventajas del Ingeniero Valdivia: vive en un país que tiene una de las riquezas más generosas de clases de tierra.

Avanzó el investigador ya con el apoyo de otros profesionales dedicados a las mismas inquietudes. La primera máquina de compactación de tierra que produce un tabicón de adobe comprimido hidráulicamente se consigue en el año 2000.

Desde entonces el tabicón (digamos el ladrillo de tierra comprimida hidráulicamente) es de mayor resistencia que su competencia. Equivale a la resistencia que ofrece en una construcción el concreto.

Luego van por variantes de la máquina de hacer tabicones de adobe; una maquina que produce desde uno al día hasta los mil 500 y la máquina que produce de mil 500 tabicones hasta los tres mil y la máquina capaz de ir desde los tres mil hasta los necesarios para satisfacer la demanda de un fraccionamiento de interés social de regular tamaño.

Politécnico al fin, y ex jugador de Fútbol Americano, Valdivia regresa a su Alma Mater en los territorios de la Incubadora del IPN de base tecnológica y de la mano de Héctor Juárez –a quien dice debe todo su éxito- avanza ya no en crear máquinas de compactación, sino en el plan de negocios de la empresa y en los sistemas que va a ofrecer a sus futuros clientes.

Porque hoy esta empresa innovadora, que establece nuevos paradigmas en la construcción tiene no solo 14 productos, sino tecnología de producción, Sistemas constructivos y trabajos de asesoría a sus clientes, desde aquel que construye una barda hasta aquel que hace puntos de confinamiento de materiales contaminantes.

Y gracias al Poli consigue no solo el plan de negocios sino la excelencia en la combinación de tierras con el aglutinante (adherente) ideal lo que permite a sus muros o a sus tabicones ofrecer una resistencia de 200-226 kilogramos sobre centímetro cuadrado de ruptura a la compresión, cosa que han de entender bien los que de esto saben.

Esa fortaleza del material le garantiza varias ventajas: ser un material blindado totalmente, térmico (garantiza de 23 a 26 grados o bien conservación a bajas o altas temperaturas si se requiere de calefacción o refrigeración) e impermeable por el aglutinador que mantiene la cohesión de las tierras.

Y un valor muy convincente: es barato.

Resulta que el uso de estos materiales para la construcción reduce en 30 por ciento la necesidad de acero; ni alambre, ni clavos, ni castillos, ni concretos.

Para una casa (interés social) de 70 metros cuadrados que tiene un costo de mercado de 400 mil pesos, para ellos el costo de producción es de 140 mil pesos.

En cuanto al tabicón de adobe vs. El tradicional tabique hueco, al menos 30 por ciento más barato que el material de construcción más económico en el mercado.

Aparte se ahorra en el traslado de los materiales de construcción porque en el sitio de trabajo se fabrican las piezas de adobe. No se requiere de ranurar para los espacios que ocupa la instalación eléctrica ni la hidráulica.

Pero lo más importante es que ADOBETERRA no es un conjunto de materiales constructivos (14), sino también la tecnología que los hace posible, y un sistema de construcción que se aplica para atender las necesidades sociales de vivienda.

Si bien es cierto que a la fecha trabajan con tres municipios, en los que han estado al margen de los “moches” como requisito indispensable para articular el sistema en sus respectivos territorios, es posible que otros tantos puedan trabajar con el sistema, incorporándolo para matar dos pájaros de un tiro: atender la demanda de vivienda y ofrecer trabajo así como un esquema cooperativo de construcción de edificaciones socialmente necesarias.

Francia y España están interesadas en la promoción de este sistema avalado por el Instituto Politécnico Nacional.

Hoy tienen un complejo productor de blocs de adobe en Xochitepec Morelos, en la zona industrial ubicada entre Chiconcuac y Cuernavaca.

Este desarrollo tecnológico ha recibido apoyo tanto del FUNTEC como de CONACYT, institución que, por cierto, tiene prometidos 7 millones de pesos para lanzar ya sin escrúpulos a esta PYME a los escenarios internacionales. Falta un requisito: que el padre de este desarrollo presente a un inversionista que tenga bajo el brazo 7 millones más.

El primer empujón concedió a la Pyme un apoyo de 400 mil pesos.

Pero el empujón más importante es el del mercado mexicano. El que le pueden dar las Pymes mexicanas y los consumidor es como usted.


Fuente: http://www.universopyme.com.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=958&Itemid=43

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