16 de octubre del 2011
México produce 65 millones de hectolitros de cerveza al año –4.5% de la producción mundial– y es el sexto consumidor de esta bebida a nivel internacional. Sin embargo, más del 99% de las ventas del país están en manos de Grupo Modelo y Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma.
Estas dos grandes firmas cerveceras mexicanas, incluso, tienen una presencia importante a escala global. En este escenario, donde no hay aparentemente oportunidad para un nuevo competidor, Gerardo Luna apostó por iniciar un negocio de comercialización de cervezas artesanales nacionales e importadas. En 2009, este diseñador gráfico dijo adiós a 13 años de carrera como director de arte de revistas para dedicarse de tiempo completo –junto con su esposa, Pilar Silva– al desarrollo de su proyecto, The Beer Box (www.thebeerbox.com).
La idea surgió a partir de un viaje de trabajo que hizo a Nueva York, en donde probó una cerveza de origen holandés. “Ahí me cambió la vida”, dice. Esta experiencia también le despertó el interés por buscar su independencia económica.
En un inicio, pensó en vender artesanías vía Internet. Pero finalmente tuvo la visión de apostar por “despertar paladares y hacer negocio a través de compartir el placer por la cerveza artesanal”. De esta manera, descubrió un nuevo nicho integrado por gente dispuesta a probar algo diferente.
Hoy, The Beer Box cuenta con 280 etiquetas de “cervezas hechas en serio, no en serie” –como las definen los fundadores–, así como 19 locales distribuidos de Tijuana a Cancún –15 de ellos operan como boutiques de cerveza y cuatro bajo el concepto de taberna–. Además, nuevos socios se han sumado a esta red como dueños-operadores de su propia unidad.
Si bien a los mexicanos les gusta la cerveza, “el 95% de los centros de consumo –como restaurantes y bares– tiene un contrato exclusivo con alguna de las dos principales compañías cerveceras del país”, asegura Jaime Andreu, socio fundador de Cervecería Primus y vocero de la Asociación Cervecera de la República Mexicana (Acermex).
¿Cómo abrirse paso en un mercado dominado casi al 100% por gigantes? “Todo parte del mito de que sólo hay dos tipos de cerveza: clara y obscura. Luego de capacitarme con expertos y fabricantes artesanales, descubrí que hay tres familias principales: Lager, Ale y Lambic, de las que surgen diferentes estilos”, comenta Gerardo.
En EE.UU. las cervecerías de especialidad llamadas artesanales –explica Andreu– surgieron hace unos 30 años. En aquella época existían tres compañías y, conforme los consumidores tuvieron la capacidad de elegir, deman-daron más estilos. Actualmente, hay unas 1,500 microcervecerías en el mercado estadounidense.
Mientras que en México, esta tendencia inició hace 15 años; las primeras marcas fueron Beer Factory, Cervecería Tijuana y Cervecería Mexicali. Hoy, la Acermex –creada en 2008– agrupa a los 16 microproductores que operan en el país; la meta es concluir este año con 20 y para 2012 llegar a 30. “Asimismo, estas empresas son dirigidas por jóvenes emprendedores, quienes están motivados a renovar la industria”, precisa el vocero de la organización.
Los dos primeros años de operaciones, la venta se hacía básicamente por Internet con entrega a domicilio a cualquier parte de la República. Aunque Gerardo y Pilar tenían claro que si querían ganar mercado, debían construir una cultura cervecera. Por lo que crearon el concepto “The Beer Box in Your Store” (en tu tienda). Para ello, fabricaron exhibidores con su logotipo, con capacidad para 50 etiquetas, y los colocaron en establecimientos del Distrito Federal y área metropolitana.
Los fines de semana “activaban” estos puntos. La labor consistía en realizar degustaciones y explicar a la gente las características del producto. “Nuestro negocio se basa más en el lado emotivo y sensible que en la parte comercial”, afirma Pilar.
Después, abrieron las primeras dos boutiques (Satélite y Condesa), en donde Gerardo aprovechó su experiencia como diseñador para crear una ambientación con luz y muebles especiales. Se trata de un concepto igual al de una cava de vinos, pero de cervezas. Tanta fue su aceptación que no sólo comenzaron a ganar clientes, sino que varios se interesaron en unirse a la red de The Beer Box –como Diego González, quien buscaba ingresos extra y ya está al frente de la sucursal Coyoacán–.
“Aunque hoy de cada 100,000 cervezas que se consumen en el país, sólo ocho son artesanales, la meta es ocupar el 1% del mercado nacional para 2016. Todo parece indicar que sí se logrará, pues las microcervecerías de la Acermex crecieron, en promedio, un 60% en 2010”, asegura Andreu. “Ya iniciamos operaciones en Texas y surtimos unas 24,000 botellas semanales a nuestra red. El próximo objetivo: consolidar algunas marcas importadas por nosotros”, finaliza Luna.
Los retos de los microproductores
La Asociación Cervecera de la República Mexicana (Acermex), además de promover la cultura cervecera en el país, trabaja directamente en tres retos comunes que enfrentan los 16 microproductores agremiados:
1. Acceso a insumos. Las cervezas artesanales son entre un 30 y un 40% más caras que las comerciales debido tanto a un tema de economías de escala como a un problema de abastecimiento de insumos. La malta de cebada, por ejemplo, se debe importar en su mayoría.
2. Tema fiscal. La cerveza en México tiene una caga impositiva de entre el 38 y el 42%, pues está grabada con el IVA y el IEPS.
3. Comercialización. Para fortalecer la creciente demanda de cerveza artesanal, la Acermex creó el movimiento “Por la cerveza libre”. A través de un sitio Web (www.porlacervezalibre.com) y redes sociales (Twitter y Facebook), los consumidores hacen un reconocimiento a los establecimientos que sí ofrecen cervezas de diferentes fabricantes.
Fuente: http://www.soyentrepreneur.com/atrevete-a-competir-con-los-grandes.html
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