12 de octubre del 2011
Para Lucila Christen lograr la certificación ISO de su empresa, dedicada a la traducción e interpretación simultánea de idiomas, ha sido una labor que le ha dejado enormes satisfacciones como profesionista y mujer. Especialmente porque en esta industria ninguna organización de América Latina lo había conseguido, y además porque la excelencia era una meta que se puso desde que arrancó su negocio.
La emprendedora inició su carrera como maestra normalista y más tarde se capacitó como traductora e intérprete en la escuela de idiomas Berlitz de México. Su deseo de superación la llevó a realizar un par de diplomados en el Centro de Estudios de Lingüística Aplicada de la Ciudad de México y en la National-Louis University de Chicago, Illinois, EE.UU. Posteriormente se especializó como perito traductor del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal y del Consejo de la Judicatura Federal.
Lucila estaba casada y tenía hijos, pero también una meta muy clara: darle otro nivel a la carrera de intérprete traductor en México. Así fundó en 2002 Grupo Gaute, un negocio especializado que prestar sus servicios en temas legales, de finanzas, negocios y contabilidad.
Como en la mayoría de los negocios encabezados por mujeres, la emprendedora tuvo que aprender a encontrar el equilibrio entre su vida familiar y profesional. Para lograrlo, dividía su día para dedicar tiempo de calidad a ambas esferas. Por ejemplo, regularmente acostaba a sus pequeños a las 19:00 horas y trabajaba por las noches.
Pero fundar una empresa no era suficiente. La empresaria quería demostrar que era la mejor en su área y que podía competir con las grandes organizaciones a nivel internacional. Esto sólo fue posible mediante una certificación que la respalda: la ISO 9001:2008. La traducción y la interpretación simultánea en México todavía es una actividad informal en muchos casos, mal pagada y carente de profesionalismo, y es algo que la emprendedora siempre quise revertir.
“Algunas empresas ofrecen el servicio con egresados de escuelas bilingües, pero para hacer un buen trabajo se necesita una base sólida de conocimientos y experiencia”, advierte. Por eso, Lucila se acercó a organismos internacionales y finalmente se decidió por la Certificadora A Plus (A+), que avaló la calidad de sus servicios.
El camino hacia la certificación fue largo y un proceso que duró un año, tiempo en el que la empresa tuvo que “desnudarse” y mostrar al órgano certificador qué y cómo hacían las cosas. Una de las grandes ventajas de Grupo Gaute es que Lucila creó desde el principio una metodología propia de trabajo que pone especial énfasis en cinco puntos: establecimiento de procesos internos y externos; competencias de los empleados; calidad continua del trabajo; capacitación continua del personal; y mejora permanente.
Claro que también hubo que tomar algunas medidas adicionales, como adoptar ciertas mejoras en la metodología, comprobar el mantenimiento del equipo tecnológico y verificar la competencia de los trabajadores.
La emprendedora relata que lo más difícil fue demostrar la efectividad del control de la calidad de sus procesos, pero otra ventaja fue que desde el inicio de su negocio Lucila se preocupó por tener todo documentado. “Como emprendedora, siempre intenté pensar como una gimnasta de barra de equilibrio: para no caerse, hay que mirar hacia delante”, revela.
Ya con la norma, que le otorgaron en septiembre pasado, la empresa debe continuar con su proceso de mejoras para asegurar la continua calidad de su operación. Esto se logra con revisiones y verificaciones constantes sobre los objetivos, explica la empresaria. Además, Grupo Gaute debe someterse cada seis meses a una auditoría externa e interna, hasta lograr que los procesos se manejen automáticamente y con excelencia. El siguiente paso es vigilar que de manera constante se cumplan todos los lineamientos, porque la certificación se renueva cada tres años.
La certificación internacional le dio a Grupo Gaute una imagen de mayor profesionalismo y una nueva herramienta de mercadotecnia. “Con ella, el público nos percibe como una empresa que ofrece un mayor número de beneficios y que es capaz de competir con empresas más grandes o con quienes exigen ciertas normas en sus procesos”, afirma la directiva.
La organización garantiza la disponibilidad, la capacidad de sus empleados, la entrega a tiempo, la confidencialidad de los trabajos, la preparación y la ética de la gente que se contrata externamente a través un proceso de selección.
A raíz de estas acciones, el trabajo ha aumentado, pues la publicidad de boca en boca que hacen sus clientes satisfechos –entre los que se cuentan Banamex, Pemex, Cisco, Pfizer, IBM y el Instituto Mexicano del Petróleo, entre otros– ha ayudado a la empresa a crecer.
Ahora, tras crear nuevas etapas de revisión de textos con gente más preparada, el plan es crear nuevas estrategias de difusión de sus servicios, tanto por la vía electrónica, como por el correo postal tradicional. “El reto que viene es aprender a delegar para seguir creciendo”, revela Lucila.
Fuente: http://www.soyentrepreneur.com/planifica-a-largo-plazo.html
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