30 de septiembre del 2011
Especializado ya en la producción de jabones de alta, muy alta calidad, José Antonio Bosh, de Jabones B de Olivo inicia una aventura aún más especializada en LA JABONERIA que comercializa jabones aún más sofisticados para ingresar a un mercado en donde un baño común puede convertirse en un SPA que deleite a los sentidos. Jabones de autor, sería otra de las posibles definiciones para un mercado que ahora no sabe lo que puede merecer.
José Antonio Bosh es un mexicano que es en sí un resumen perfecto de lo que tiene que sufrir una Pyme para sacar adelante su sueño.
En un mundo rodeado por commodities de baja calidad, el decidió producir, luego de las investigaciones de su padre, de profesión químico, jabones a partir del aceite de Olivo que se traducen en una rehidratación muy completa de la piel y resultados sorprendentes en pacientes con diabetes, que son más sensibles al deterioro de esa parte de su cuerpo.
Para ponerlo en dimensión vale la pena aclararle que sus jabones B de Olivo tienen 15 veces más de aceite extra-virgen que el único jabón en el mercado comercial cuenta con ese ingrediente.
Las cosas no eran fáciles para José Antonio y toda su familia integrada por Maria Cecilia Sánchez Carrasco y sus hijos quienes también están involucrados en estas tareas de producir jabones en casa mediante esquemas artesanalesque posiblemente se hayan usado en el medioevo.
Jabones de muy alta calidad que son comprados solo por personas que saben lo importante que resulta para su piel el limpiarla con los mejores productos que durante el baño pueden proveer de los nutrientes que se requieren para mantenerla en perfecto estado.
No es un producto para las masas, ciertamente a pesar de que proporcionalmente hablando no es un jabón caro en relación con lo que ofrece. Pero por si las cosas no fueran suficientemente complicadas, José Antonio decidió aceptar un reto más sofisticado que hasta el momento le ha resultado exitoso.
Quizá mucho más exitoso de lo que esperaban a poco más de un mes de haber iniciado el proyecto.
A partir de una iniciativa de UNIVERSO PYME un lector de nuestros materiales, Jorge Aguilar Valenzuela conocido en el medio por ser un excelente empresario con iniciativas muy exitosas leyó del esfuerzo de José Antonioo Bosch y al lado de Claudia Villanueva deciden lanzarle una propuesta agresiva: producir jabones delicatenssen.
La iniciativa hoy está en marcha y tiene por nombre La Jabonería. Producen y comercializan jabones de excelencia, propios de un ambiente de sofisticados SPA´s que dejan consentir a los clientes con jabones que no están disponibles en el mercado regular.
Con la referencia de lo que se está haciendo en España, que ahora exporta jabones de esa naturaleza de sofisticación, los mexicanos producen Jabones Arte, de la misma naturaleza que una empresa Ibérica que ha extendido sus influencias bajo el nombre de Enjabonarte en 126 puntos de venta tanto en España como en el resto del territorio europeo unificado.
Iniciaron con la idea a finales del 2006 y para enero del presente año comenzaron a realizar las labores de ensayo y error tratando de emular esos jabones de autor que se producen en el viejo continente.
Limón, Naranja, Toronja, Kiwi, almendras, cacahuananche, aguacate, avena, mandarina, pepino y papaya entre los más exitosos hasta el momento mientras se hace un esfuerzo por incrementar la base de oferta.
Hoy son 14 aromas distintos en donde se encuentra también la sábila y el nopal e incluso la zanahoria sin olvidar el famoso o tradicional jabón neutro.
Son jabones de origen natural, las más de las veces acompañados de cortes deshidratados de la fruta en pedazos traslúcidos acompañados de aromas propios de la fruta y glicerina. Se venden por gramos y por lo regular los 100 gramos van desde los 12 hasta los 25 pesos.
Cada uno de los jabones proporciona vitaminas específicas de la fruta más el complejo químico que agrega el aceite de olivo extra-virgen.
Pues resulta que la Jabonería tiene ya dos posiciones en centros comerciales del Valle de México; están en un centro comercial de la zona de Bosques de Duraznos y también en el centro comercial Altavista en una isleta que por cierto fue producto de un estudio y de la elaboración de un despacho de arquitectos.
Ya en el fin de semana anterior se les presentó una eventualidad que pensaban imposible antes de cumplir un mes de vida: en la isleta del Pabellón Altavista se quedaron sin 100 gramos de jabón: volaron. A pesar de que la producción actual es superior a los 125 kilogramos por mes.
El solo stand que no tiene más de tres metros cuadrados tuvo un costo superior a los 100 mil pesos, para no hablar del estudio para el asunto de los colores, metodología para la venta, características del envoltorio e incluso la oferta de un pequeño Huacal que puede acompañar al jabón o jabones.
Un regalo con costo de unos 150- 200 pesos puede representar al festejado recordar durante el baño diario a lo largo de varias semanas quién le obsequió esos jabones con aromas naturales acompañado con hasta un 15 por ciento de contenido de aceite de olivo.
El plan de negocios establece que en esas dos isletas se mantendrán un año aprendiendo las características del negocio agregando dos nuevos aromas, dos nuevos jabones de autor cada seis meses.
Para que tenga una idea de lo que la innovación significa para este empresario: ha elaborado un jabón para perro con aceite de olivo, almendras, avenas y otros ingredientes.
Fuente: http://www.universopyme.com.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=1048&Itemid=43
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