Para llegar a las Olimpiadas de Invierno de Vancouver 2010 esta mexicana hubo de vencer primero a mil 500 competidores, considerados los mejores en su categoría, a nivel nacional, en Canadá.
Desde el año 2004 comenzó a prepararse para ganar el primer lugar y luego poder demostrar ante todo el mundo, a través de los medios masivos de comunicación que transmitieron los Juegos Olímpicos, el talento mexicano.
Y vaya que por televisión, cientos de millones de habitantes de prácticamente todos los países del mundo pudieron apreciar su habilidad para colocar muy alto el nombre de México, en primerísimo lugar, literalmente en el centro de todo el espectáculo.
Para ello, a diferencia de los deportistas que ahí participaron, ella no se valió de esquíes, de una tabla para la nieve, ni de patines de hielo, sino sencillamente de… ¡un pincel!
Así, la mexicana Elena Rivera MacGregor diseñó el logotipo de las Olimpiadas de Invierno en las que Canadá rompió el récord de medallas de oro logradas en una justa.
Y con 20 años de experiencia ella también rompió su propio récord al colocar su diseño como imagen indisoluble de las Olimpiadas de Vancouver, quedando estampado éste en decenas de productos como platos, vasos, plumas y múltiples suvenires en supermercados, así como en sudaderas, gorras, guantes, camisetas, bolsas, relojes, etcétera, en todos los centros comerciales a lo largo y ancho de Canadá y en otros tantos, allende sus fronteras.
Con modesta aportacion del también diseñador mexicano Gonzálo Alatorre, Elena Rivera MacGregor logró incorporar con sencillez aparente elementos de la cultura Inuit –población aborigen del norte de Canadá- simulando una de sus esculturas Inukshuk, formadas con cinco piedras -de formas extraídas del paisaje de Canadá y los colores de los aros olímpicos- colocadas en la forma de un ser humano.
Uno de los retos del diseño fue que la ciudad anfitriona de Vancouver resaltara visualmente, ajustándose a la historia del logotipo original y respetando la marca olímpica, “El logotipo reúne tres elementos o valores que reflejan cómo se percibe a los canadienses en el mundo: la cultura, la comunidad y la amistad”, explica la también fundadora de Rivera Des!gn Group.
Lo más valioso del logotipo, en la opinión del historiador canadiense Sam Carter, que le dio clases en la Escuela Emily Carr de Arte y Diseño de Vancouver, es que preserva la cultura del país al retomar algunos de sus elementos culturales y aplicarlos al arte contemporáneo.
Es precisamente esa habilidad de captar la visión corporativa, lo que le ha permitido seguir atrayendo clientes y empresas a lo largo de su carrera como diseñadora de logotipos y marcas.
Hace tres años escribió e ilustró un libro infantil intitulado Aventura Inukshuk, -uno de los favoritos de su hijo de cuatro años de edad- el cual publicó con el aval de la Empresa Walt Disney.
Igualmente ha recibido varios premios de diseño incluyendo el de la compañía Neenah (Western Silver Award) por el diseño del encabezado para la Fundación del Hospital del Niño en la provincia de Columbia Británica y el Premio CASE por el diseño de un folleto para la Universidad de Columbia Británica.
Pero más reconfortante que dichos premios y aún el pago de los 25 mil dólares que recibió por el diseño para las Olimpiadas, resulta el hecho de encontrarse su obra por todos lados. “Es un sentimiento muy bonito verlo en mi refrigerador, en la ropa de mi closet e incluso en mi llavero”.
Aunque su historia llamó la atención del área de publicidad del célebre cineasta George Lucas, de que ha sido publicada por la cadena televisiva NBC y en medios impresos como el Wall Street Journal o la revista People, Elena relata con sentido del humor que alguna vez cuando compró algún producto con su logotipo y le comentó a la vendedora sobre su autoría, obviamente ésta ¡no le creyó!.
Finalmente para ella, esa imagen estampada en su mente y en el imaginario colectivo de tanta gente, fue creada desde su corazón: “Quería que los mexicanos fueran parte de las olimpiadas”.... Y lo logró.
Además, esa misma imagen adornó el uniforme con motivos aztecas del esquiador Hubertus Von Hohenlohe, el deportista más veterano y único representante de México.
Fuente: http: www.embamex.sre.gob.mx
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