Primer día, primer historia del año, iniciamos con la primer historia que por demás de interesante representa una innovación a nivel mundial, espero la disfruten y sea motivante para ver que aun hay cosas nuevas por descubrir.
Hablando con amigos que vivían solos, Eduardo Torres percibió una necesidad que no tenía solución en el mercado. La gente compra pan fresco, como algo, pero a los pocos días se hecha a perder y no se puede conservar. Ahí empezó a estudiar una posible solución al problema.
Fue así como Eduardo fue a ver a un amigo ingeniero, que luego terminaría siendo su socio, para tratar de encontrarle la vuelta al negocio. La solución era congelar el pan. De esa manera, el producto conserva todas las propiedades e incluso el sabor, y se puede mantener intacto hasta por seis meses.
Probaron algunos métodos para lograr el congelado más eficiente y que conservara mejor las propiedades del pan fresco, hasta que se inclinaron por los túneles de ultracongelación, que bajaban la temperatura del pan en pocos segundos. “Con nuestros productos la merma es de cero, porque sólo se descongelan los panes que se van a usar”, cuenta orgulloso Eduardo.
Con el nuevo método ya en funcionamiento, la compañía no paró de crecer. Actualmente hacen 40 variedades distintas de panes y sus principales clientes son los restaurantes y cafeterías, aunque también le venden a supermercados, cines, gimnasios y hasta a funerarias.
El próximo paso que está por dar Pan Congelado es el de firmar contratos de suministro con pequeñas tiendas. Torres explica que la idea no es hacer franquicias, sino que cada comerciante pueda tener su propio nombre y método, pero cuente con el suministro de los productos de Pan Congelado, que ya emplea a 120 personas en su planta principal.
Fuente: Mundo Ejecutivo
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