Empresario mexicano vive de darle sustos al consumidor
Si le digo que vive del terror, seguramente lo remitiré al recurso de la actividad económica equivocada, ilegal por cierto. Esta empresa sólo da sustos por gusto y a eso va su consumidor meta; a ser asustado.
El Ing. Luis Eduardo Trejo Karam como segunda actividad se dedica a dar sustos y su propensión hacia la industria del susto la trae dentro desde niño, cuando gustaba de ir a ver las películas de terror cuando a sus amiguitos les gustaba ir a ver a Mickey Mouse.
Dice que desde entonces disfruta de ir al cine y que desde que iba a la primaria gustaba de ir a las casas de sustos en su escuela.
Hoy, durante una corta época del año, 36 días, adapta en su propio hogar, sobre 90 metros cuadrados una casa de sustos que está abierta al público tanto para población menuda como para adultos.
Comenzó la experiencia como una actividad lúdica ya que su orientación profesional y su negocio de tiempo completo nada tiene que ver con una casa en la que aparecen fantasmas, personajes lúgubres que prometen despacharse a los visitantes.
Pero cerca de los Días de Muertos, y el Halloween norteamericano adapta en su casa un tour verdaderamente profesional, tan profesional que su negocio ha sido aceptado dentro de la asociación de negocios norteamericanos dedicados precisamente a la instalación de casas de terror. Porque en E.U. hay por ciento de negocios formales en este nicho.
En México habrá dos o tres y uno de los ejercicios es el de Eduardo y su Laloween. El único aceptado en México para pertenecer a esa Asociación de alcance Internacional.
Esta actividad la inició de manera voluntaria y digamos, altruista ya que invitaba a sus vecinos y a quien quisiera a entrar a la experiencia de su casa de sustos sin cobrar un solo peso.
La actividad era tan buena que la fama extendió fronteras y llegó a tener entre 25 mil y 30 mil asistentes diarios hasta hace poco más de cuatro años.
Su orden y procedimiento profesional siempre evitó que se presentaran contingencias. Tiene no solo un grupo de profesionales muy definido y enterado de las actividades que dan susto, sino también personas que guían el tour e incluso paramédicos para atender a quien llegue a sentirse mal.
Han existido visitantes, un porcentaje minimo, muy reducido, que llegan a sentirse indispuestos luego de la experiencia e incluso antes.
Cada año la experiencia es distinta y más rica.
Tiene más de 30 robots electromecánicos controlados por computadora que completan el grupo de más de 30 profesionales que trabajan en la casa con turnos específicos y labores concretas.
Los disfraces usados para la experiencia de la LALOWEEN son importados legalmente y se trata de máscaras o disfraces que cuestan varios miles de pesos. Las solas máscaras son elaboradas por una empresa profesional norteamericana y cada una de ellas puede valer un mínimo de tres mil pesos.
Para entrar a la casa hay que conocer y aceptar un reglamento para evitar malas experiencias. Se recomienda a quien padezca de presión alta o bien de epilepsia u otros males neurológicos no ingrese a la casa o bien lo haga en una de las versiones light, las que se recomiendan para infantes. Luego de determinadas horas la experiencia se convierte en más fuerte a la que solo pueden ingresar adultos.
Miembro de la asociación de propietarios de casas de susto en Estados Unidos es la casa de Laloween la única reconocida en México por su profesionalismo.
Un mes y una semana al año está abierta esa casa en la que no trabaja ningún funcionario del SAT o bien legislador alguno. La cosa se ha puesto tan original y tan profesional que se determinó de algún tiempo a la fecha cobrar cuota de recuperación: 50 pesos por un recorrido que a los visitantes han calificado como de excelente calidad y seriedad.
Ahora ya comienza a ser negocio ese período de 36 días en los que abre su casa en esos 90 metros cuadrados que tiene como anexo y aquello que comenzó a ser una actividad lúdica ahora comienza a ser en sí misma un negocio porque incluso lleva y adapta sus casas de terror a fiestas o eventos que le llegan a solicitar el concurso de su expertis.
Así es que para sustos, LALOWEEN. La casa está ubicada en Ciudad Satélite en Circuito Pintores entre José Clemente Orozco y Diego Rivera.
El Ing. Luis Eduardo Trejo Karam como segunda actividad se dedica a dar sustos y su propensión hacia la industria del susto la trae dentro desde niño, cuando gustaba de ir a ver las películas de terror cuando a sus amiguitos les gustaba ir a ver a Mickey Mouse.
Dice que desde entonces disfruta de ir al cine y que desde que iba a la primaria gustaba de ir a las casas de sustos en su escuela.
Hoy, durante una corta época del año, 36 días, adapta en su propio hogar, sobre 90 metros cuadrados una casa de sustos que está abierta al público tanto para población menuda como para adultos.
Comenzó la experiencia como una actividad lúdica ya que su orientación profesional y su negocio de tiempo completo nada tiene que ver con una casa en la que aparecen fantasmas, personajes lúgubres que prometen despacharse a los visitantes.
Pero cerca de los Días de Muertos, y el Halloween norteamericano adapta en su casa un tour verdaderamente profesional, tan profesional que su negocio ha sido aceptado dentro de la asociación de negocios norteamericanos dedicados precisamente a la instalación de casas de terror. Porque en E.U. hay por ciento de negocios formales en este nicho.
En México habrá dos o tres y uno de los ejercicios es el de Eduardo y su Laloween. El único aceptado en México para pertenecer a esa Asociación de alcance Internacional.
Esta actividad la inició de manera voluntaria y digamos, altruista ya que invitaba a sus vecinos y a quien quisiera a entrar a la experiencia de su casa de sustos sin cobrar un solo peso.
La actividad era tan buena que la fama extendió fronteras y llegó a tener entre 25 mil y 30 mil asistentes diarios hasta hace poco más de cuatro años.
Su orden y procedimiento profesional siempre evitó que se presentaran contingencias. Tiene no solo un grupo de profesionales muy definido y enterado de las actividades que dan susto, sino también personas que guían el tour e incluso paramédicos para atender a quien llegue a sentirse mal.
Han existido visitantes, un porcentaje minimo, muy reducido, que llegan a sentirse indispuestos luego de la experiencia e incluso antes.
Cada año la experiencia es distinta y más rica.
Tiene más de 30 robots electromecánicos controlados por computadora que completan el grupo de más de 30 profesionales que trabajan en la casa con turnos específicos y labores concretas.
Los disfraces usados para la experiencia de la LALOWEEN son importados legalmente y se trata de máscaras o disfraces que cuestan varios miles de pesos. Las solas máscaras son elaboradas por una empresa profesional norteamericana y cada una de ellas puede valer un mínimo de tres mil pesos.
Para entrar a la casa hay que conocer y aceptar un reglamento para evitar malas experiencias. Se recomienda a quien padezca de presión alta o bien de epilepsia u otros males neurológicos no ingrese a la casa o bien lo haga en una de las versiones light, las que se recomiendan para infantes. Luego de determinadas horas la experiencia se convierte en más fuerte a la que solo pueden ingresar adultos.
Miembro de la asociación de propietarios de casas de susto en Estados Unidos es la casa de Laloween la única reconocida en México por su profesionalismo.
Un mes y una semana al año está abierta esa casa en la que no trabaja ningún funcionario del SAT o bien legislador alguno. La cosa se ha puesto tan original y tan profesional que se determinó de algún tiempo a la fecha cobrar cuota de recuperación: 50 pesos por un recorrido que a los visitantes han calificado como de excelente calidad y seriedad.
Ahora ya comienza a ser negocio ese período de 36 días en los que abre su casa en esos 90 metros cuadrados que tiene como anexo y aquello que comenzó a ser una actividad lúdica ahora comienza a ser en sí misma un negocio porque incluso lleva y adapta sus casas de terror a fiestas o eventos que le llegan a solicitar el concurso de su expertis.
Así es que para sustos, LALOWEEN. La casa está ubicada en Ciudad Satélite en Circuito Pintores entre José Clemente Orozco y Diego Rivera.
Crédito: Eduardo Torreblanca Jacques
SitioWeb: http://laloween.com/
Giro: Entretenimiento
Ubicación: Edo. de México
Contacto: http://laloween.com/nuevo/?page_id=255
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