8 de diciembre del 2011
Sebastián de la Cruz realizó su primera pieza con lirio acuático a los nueve años en Nacajuca, Tabasco. Era un centro de mesa para adornar unos XV años: ahora recoge pedidos de salas, comedores, canastos y hasta bolsos con base en este material.
"Los pedidos se levantan mensualmente a partir de 100 piezas, todo depende, el uso de estructuras como herrería y madera, con eso podemos fabricar lámparas, comedores, hasta una recámara completa", detalla.
Su empresa se llama 'Diseño artesanal' y la obtención del material se realiza en la Laguna del Negro, ahí se recolecta la planta en un punto en que no esté muy tierno y se lleva al taller, se coloca al sol durante el día y se recoge por la tarde para que no se deteriore. Este proceso dura 10 días para que el lirio esté listo para trabajarse; una vez elaboradas las piezas, se llevan a un horno de azufre con el fin de generar una mayor resistencia.
Sebastián fue reconocido con el Premio al Microempresario de Banamex; con el dinero, Sebastián espera que su negocio crezca y pueda agrupar a cada vez más artesanos en su comunidad
"Hay que unir a los artesanos de la comunidad para tener una marca colectiva.Tengo muchos sueños, uno de ellos, que un día nuestros productos tengan una etiqueta que diga ‘De Nacajuca, Tabasco, para México y el mundo', que todos conozcan el talento de las manos tabasqueñas", explica el empresario.
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