2 de noviembre del 2011
Existen historias de éxito que no se basan en cuestiones monetarias, premios nacionales o reconocimientos internacionales, sino en la actitud y el deseo de superación.
Transcurría el año de 1951, el matrimonio formado por el señor Paz García Gopar y la señora Reinalda Chiñas Fuentes trae al mundo a Timoteo García Chiñas en la localidad de Salina Cruz, Oaxaca, es el tercer hijo de un total de 11, aunque su familia era de escasos recursos, doña Reinalda siempre ocupada en el bienestar de sus hijos hacía tortillas para sacarlos adelante.
La infancia de Timoteo transcurre normal, se dedicó a estudiar y a disfrutar de las cosas de los niños correr, jugar, platicar y reír; creció en el seno de una familia en donde practican la religión Testigos de Jehová, motivo por el cual tuvo que entrar a la dinámica de ciertas creencias; estudia la primaria y secundaria en su lugar de origen, sin embargo dentro de su religión no se ve del todo bien que se sigan preparando porque consideran que dedicarse a estudiar la palabra de Dios es el camino correcto.
Timoteo jamás dejó de lado sus deseos de superación y se trasladó a la ciudad de Oaxaca con el firme propósito de crecer como persona, así que al no tener familia en la capital de estado comienza a trabajar , en obras de construcción, plomería y lo que hubiera, porque en ese tiempo lo importante era comer.
A la edad de 24 años encuentra el amor y contrajo matrimonio; fruto de ese cariño nacieron seis hijos, sin embargo hasta esta etapa sólo tenía la secundaria terminada, intentó seguir la preparatoria abierta, pero los gastos en casa le impidieron continuar con el objetivo, así que declinó, hasta que se dio cuenta que sus hijos iban creciendo y seguían estudiando, fue entonces que le vuelve a entrar el deseo de estudiar.
A la edad de 31 años tiene la oportunidad de entrar a trabajar en Instituto Nacional de Antropología e Historia –INAH- como Oficial de servicios generales y por medio de un examen obtiene el puesto de custodio nocturno lo que le permitió en el año de 1998 entrar a estudiar la preparatoria 2 perteneciente a la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO). Durante tres años toma clases todos los días, acude de manera cotidiana como lo hacían sus compañeros de 18 años, aunque no le fue nada fácil el principio, poco a poco se adaptó y consiguió el certificado de preparatoria a la edad de 50 años.
Aunque ya era un gran logro lo que realizado por Timoteo, al terminar la preparatoria se preguntó ¿voy a seguir estudiando?, la respuesta fue sí, entonces comenzó a buscar opciones para sacar ficha y presentar el examen de admisión como cualquier otro alumno que se quiere matricular en la Universidad; en las mañanas trabajaba en la plomería, por las tardes asistía a la escuela y por las noches velaba en el museo de sitio Casa Juárez como parte de su labor en la institución.
Una noche decidió que entraría a estudiar la licenciatura en Arquitectura, analizó que tenía los conocimientos por el constante contacto con las obras en las que había trabajado, entonces optó por ser arquitecto y a sus 51 años, ingresa a la Facultad de Arquitectura de la UABJO.
ADN le pregunta al intrépido Timoteo ¿Cómo fue el primer día de clases en la Universidad?- y con una sonrisa nos comparte la siguiente anécdota.
-Resulta que el primer día de clases llegué tarde, entonces solo ví que salón me tocaba, lo busqué y fuera del salón estaban varios jóvenes, al ver que entré ellos entraron detrás de mí, sucede que pensaron que era el maestro que les impartiría clases.
¿Fue complicado tener como compañeros a personas más jóvenes que usted?- Pues sí, al principio no agarraba bien el rumbo de las clases, ellos tenían mucha vitalidad y ganas de hacer las cosas, a mi edad yo no tenía tanta energía pero si contaba con la práctica, así que poco a poco nivelé la situación.
¿En algún momento pensó en desertar?( la voz se le quiebra, respira profundamente y contesta).
- Sí, cuando mi madre se puso mal, ella en Salina Cruz y yo aquí, iba creo en el octavo semestre, al poco tiempo mi madre muere y tuve que sobreponerme al dolor y continuar con la carrera, hasta el día de hoy nadie sabe que dentro de mi le prometí a mi madre que terminaría la licenciatura y en gran medida a ella le debo haber terminado.
En el año 2010 obtiene el nivel de Técnico especializado en elementos museográficos, gracias a sus estudios universitarios en la actualidad se desempeña como Museógrafo especializado en la zona arqueológica de Monte Álban, en donde se encarga del mantenimiento y montaje de las exposiciones del museo, aún no ha pensado en la jubilación, está feliz con lo que realiza a lado de su familia, orgulloso de sus seis hijos profesionistas, abuelo de dos niñas y un niño, se encuentra en espera de fecha para su examen de titulación, los eternos conflictos de la Universidad no le han permitido titularse.
Antes concluir la plática, Timoteo compartió con los lectores de ADN lo siguiente.
Estudien lo que les guste, lo que comiencen termínenlo, no se queden en e l intento, si te caes levántate, sino puedes levántarte solo pide ayuda, hay que dejar la soberbia a un lado, en ocasiones es bueno pedir que alguien más te eche la mano cuando sientas que solo no puedes.
Timoteo García Chiñas, un oaxaqueño que demostró que la edad no es un impedimento para alcanzar sus objetivos.
Fuente: http://www.adnsureste.info/index.php/historiasdeexito/33192-nnnnnnnnnnnnn
Tweet |
0 comentarios:
Publicar un comentario