11 de febrero del 2011
Enrique Olvera es uno de los chefs mexicanos más reconocidos a nivel internacional. Desde el inicio, se propuso ser el mejor y transmitírselo a su equipo.
Enrique Olvera es uno de los chefs mexicanos más reconocidos a nivel internacional. Su restaurante Pujol se convirtió en todo un hito de la cocina nacional, tras entrar en la lista de los 100 mejores del mundo de la prestigiosa revista británica Restaurant Magazine. “Este reconocimiento se logró a base de chamba, no de talento”, afirma.
Perfeccionista y obsesivo, el emprendedor asegura que desde que inició su negocio se propuso una cosa: ser el mejor, una filosofía que transmite a todo su equipo. Hoy, Olvera también está al frente de Eno –una tienda gourmet–, tiene un servicio de catering y asesora al Grupo Habita.
¿Cuál es la clave del éxito de Pujol?
No lo veo como una máquina de hacer dinero, es mi vida, mi pasión. Es un lujo que todo cocinero quisiera tener y en el que reinvertimos todo lo que podemos. Es mi casa y cuando alguien va a tu casa le abres la puerta, le das lo mejor que hay ese día y lo invitas a regresar. Aquí hacemos lo mismo.
¿Qué debe tener un líder?
Tener una visión muy clara de hacia dónde va el negocio. Saber rodearse de gente valiosa que no nada más te diga que sí, sino que te cuestione y te ayude a trabajar en tus debilidades. E inspirar admiración y respeto.
¿Cómo impulsas a tus colaboradores?
Siempre hablo de nosotros, porque somos un equipo. Como jefe, trato de ponerme en los pies de los demás y preguntarme cómo me gustaría que me trataran. También es importante que las personas estén contentas, les doy un buen sueldo y condiciones para que crezcan.
Los primeros años tuviste problemas administrativos ¿cómo los superaste?
A mis 24 años me sentía erróneamente preparado. Hice mi plan de negocios sin pensar en el retorno de inversión, sino en ganar prestigio. El primer año perdí como loco y se fueron los socios, y para el cuarto año quedábamos mi papá y yo. Pero soy necio, ordenamos la administración, ganamos clientes y poco a poco el negocio empezó a ser bondadoso.
Por: Marisol García Fuentes www.SoyEntrepreneur.com
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