Con un modelo enfocado en la tecnología y aliados clave, esta empresa compite con los grandes en viviendas de interés social.
Si el 30% del mercado donde quieres emprender está controlado por 10 empresas y el resto se reparte entre cientos de competidores, ¿cómo abrirse paso y luego destacar en sólo una década? Esta fue la pregunta que se plantearon los fundadores de Grupo Vinte, una desarrolladora de vivienda creada en 2001 por cuatro socios –ex empleados de grandes constructoras–. Aunque no tardaron mucho en encontrar la respuesta.
Hoy, la industria de la vivienda en México tiene un valor estimado de $200,000 millones y los desarrolladores más importantes son Geo, Homex, Urbi y Ara. Todas estas compañías tienen su principal foco de crecimiento en el segmento de interés social, es decir, en las casas cuyo precio fluctúa entre $220,000 y $655,000, y que son adquiridas mediante instituciones que ofrecen financiamiento hipotecario como el Infonavit o Fovissste.
Precisamente en este segmento encajó el concepto de Séptima Generación creado por Vinte. Para concebirlo, el razonamiento fue sencillo: “si vamos a competir frente a las grandes empresas, tenemos que inventar un modelo de vivienda que nos permita abrir un nuevo nicho de mercado”, dice Sergio Leal, director general de la firma, quien es arquitecto egresado de la Universidad Anáhuac, trabajó durante 13 años en Urbi y recientemente obtuvo el premio Hombres y Mujeres de la Casa 2011, uno de los más importante del sector de la vivienda.
Este modelo de negocios incluye dos grandes temas. En primer lugar, el equipamiento de las viviendas con servicios de tecnología como una computadora, Internet, televisión por cable y telefonía. Por otro lado, se encuentra el diseño integral de los desarrollos, que permite que las áreas comunes (escuelas, parques, comercios y vialidades) estén al alcance de los vecinos. Además, se cuenta con manuales de organización y sistemas de seguridad que mantienen interconectados a todos.
La vivienda de Séptima Generación denominado G7habitatMR proporciona a los habitantes servicios avanzados de seguridad, confort, educación, entretenimiento, comunicaciones, salud, organización personal y ahorro. Se puede resumir en ocho valores agregados:
Diseño integral (planeación de casas y áreas comunes).
Financiamiento (opciones de crédito con distintas instituciones).
Servicios de postventa (instalación de un software que ayuda a la organización social dentro de la comunidad).
Conectividad (Internet, televisión por cable y telefonía fija).
Enlace comercial (comercios establecidos dentro del desarrollo).
Seguridad (interconexión vecinal).
Telemetría (medidores de luz, agua, gas, etc.).
Energía solar (celdas y paneles solares).
De hecho, estas características fueron fundamentales para que el Banco Mundial(BM) se interesara en el proyecto y adquiriera parte de las acciones de la compañía. También influyó para lograr los acuerdos de prestación de servicios con los desarrolladores de software Intel y Microsoft, los cuales dieron el impulso definitivo al concepto de Séptima Generación. Actualmente, la constructora opera seis desarrollos en el Estado de México, Querétaro, Hidalgo y Quintana Roo.
Abriendo mercado
Aunque se constituyó hace 10 años, Vinte comenzó a operar en 2003 con un presupuesto inicial de $4.5 millones proveniente de ahorros personales y liquidaciones de los emprendedores. Sin embargo, para poner en marcha el primer desarrollo requirieron de un préstamo adicional de $14 millones, que utilizaron en la construcción de 546 viviendas en Tecamac, Estado de México.
“No fue fácil salir a vender nuestro sueño y hacer que las autoridades y las instituciones financieras creyeran en nosotros”, recuerda René Jaime Mungarro, director de operación y finanzas de la firma, quien fue directivo de Urbi durante 15 años. No obstante, todo empezó a tomar forma cuando tocaron las puertas del Banco Mundial.
La asociación con este organismo internacional se logró tras presentar su proyecto ante la Corporación Financiera Internacional (CFI), la subsidiaria financiera del Banco Mundial en México. “Fuimos en búsqueda de crédito y terminamos subiendo a esta institución como socio capitalista con 10.6% de nuestras acciones”, explica René.
El impulso que dio el Banco Mundial a Vinte no fue menor, pues entre el financiamiento obtenido y la compra de acciones, la desarrolladora recibió US$22 millones. “Además del dinero, el contar con este socio estratégico nos ayudó a institucionalizarnos, ya que hoy somos la única desarrolladora en México que reportamos financieramente con estándares mundiales”, asegura el director de operación y finanzas.
Y no sólo eso, Vinte tiene alianzas con Intel y Microsoft para el desarrollo de sus plataformas tecnológicas y los sistemas con los que equipan las viviendas. “Son acuerdos de participación; nosotros vemos las necesidades que tenemos y ellos nos proponen las soluciones”, señala Leal.
Fuente: http://www.soyentrepreneur.com
Crédito: Mario Maldonado
Empresa: Grupo Vinte
Giro: Construcción
Ubicación: Cd. de México
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