Arte Brillante es una empresa que elabora figuras de vidrio estirado desde hace décadas. Hoy pertenecen a príncipes, presidentes y embajadores.
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Un par de varillas de vidrio estiradas a alta temperatura hicieron de su arte un capricho entre presidentes, embajadores, príncipes, emperadores y líderes religiosos quienes fueron sus principales clientes a lo largo de varias décadas.
El Arte Brillante es el nombre de la microempresa que bajo la tutela de Justino García ve pasar décadas de éxito nacional e internacional y otras de sequía donde la competencia desleal es su principal obstáculo para mantenerse dentro del mercado.
Según cuenta Faustino García, en los buenos tiempos ganaban hasta 2 mil pesos al día y ahora hay ocasiones en que no se vende nada, pues pocos conocen este tipo de artesanía o prefieren gastar en otras cosas.
Don Justino, en compañía de su hijo Faustino y su esposa María, tratan de mantener vigente el gusto de la gente por su trabajo, lo cual les mantiene frente al soplete a más de 3 mil 500 grados centígrados exponiéndose a fuertes quemaduras y en verano a deshidratación.
"Nuestra trayectoria es muy grande, sin embargo, vino una invasión asiática y nos hizo pedazos con piezas parecidas a las nuestras, pero con otro material".
Por ejemplo, las figuras que damos a 100 pesos, ellos las ofrecen en 20 pesos, entonces comerciantes de Cancún y el Distrito Federal nos desplazaron por el costo, explicó.
Para hacer cada una de las figuras, que le solicitan, compra de oro y varilla alemana (vidrio de laboratorio que se usa para hacer probetas), cada 90 días adquiere un cuarto de oro el cual actualmente el kilo se cotiza entre 70 y 90 mil pesos.
Apagando el soplete
Sin un molde y mucha imaginación, se inició tras unirse a un grupo de artesanos como su representante en 1960, ahí aprendió a trabajar el cristal y en 1988 abrió su propio taller.
Justino, quien se especializó en Cristos asegura que para este tipo de trabajo se necesita mucha dedicación pero hay algo más importante todavía.
El mercado mexicano es muy bueno pero hace falta acercamiento a la gente, que conozcan lo que ofrecemos, teníamos un local en Coyoacán, donde trabajábamos sábado y domingo e hicimos nuestro emporio pero ya tiene casi un año que están remodelando el parque y nos desplazaron, por lo tanto la gente no sabe dónde estamos o si aún trabajamos".
Faustino García, que se considera entre los mejores del mundo en este arte, aprendió a estirar el vidrio porque ante las huelgas de los maestros en 1998, se aburría y le pidió que le enseñaran, perfeccionando su técnica en Art Deco y Art Nouveau tras estar varios meses aprendiendo de expertos en Japón.
"Todo nuestro trabajo iba dirigido a eventos sociales (bodas, bautizos, recuerdos luctuosos XV años, etc), las personas pedían 100 o 200 piezas, eso enriquecía la comercialización y ahora la gente prefiere otros productos más baratos, este tipo de labor tiene una tendencia a desaparecer porque además de los altos costos de los insumos no hay cultura para apreciarla".
Un negocio familiar donde no se hacen piezas en serie pues al día se pueden producir 50 piezas chicas, 20 medianas y una grande cada dos días por persona; al parecer esta destinado a desaparecer pese a su competitividad con grandes artistas de América, Europa y Asia.
"Hemos realizado exhibiciones en Japón, Canadá, Italia y Francia, realizamos trabajos para todos los presidentes desde Gustavo Díaz Ordaz hasta Felipe Calderón quien tiene en su escritorio un Ángel de la Independencia".
Reiteró que si bien gozan de una buena reputación, la crisis también afecta "y no sabemos cuanto tiempo podremos aguantar", afirmó.
Dentro de sus trabajos más sobresalientes destacan la réplica del barco de William Adams, que fue el primero de estilo europeo que visito de Osaka al puerto de Acapulco en el año 500, y de Asia a América, el cual le llevó a su hijo un mes hacerlo y tiene 1.70 metros de ancho y 1.20 metros de alto, el cual lo armó por partes y fue un regalo para el príncipe de Japón.
Otro más fue un báculo al Papa Juan Pablo II en su primer visita a México; mide casi dos metros de altura y en la actualidad reside en el Vaticano.
Otra es una maqueta que va de la fundación de Tenochtitlán y hasta la conquista de México que le costó cerca de 40 mil pesos y quedó en segundo lugar en un consurso de Fonart.
Justino aseguró que mantendrá la tradición hasta us últimos días; "es un negocio que debe perdurar en México".
Recalcó que en el último año se registró un aumento importante en el costo de las materias primas, no obstante, se hace un esfuerzo por mantener precios, a fin de se mantenga la demanda.
Fuente: http://www.eluniversal.com.mx/articulos/51922.html
Crédito: Eduardo Camacho
Site: http://elartebrillante.synthasite.com/
Contacto: artesaniascristal@prodigy.net
Ubicación: Cd de México
El Arte Brillante es el nombre de la microempresa que bajo la tutela de Justino García ve pasar décadas de éxito nacional e internacional y otras de sequía donde la competencia desleal es su principal obstáculo para mantenerse dentro del mercado.
Según cuenta Faustino García, en los buenos tiempos ganaban hasta 2 mil pesos al día y ahora hay ocasiones en que no se vende nada, pues pocos conocen este tipo de artesanía o prefieren gastar en otras cosas.
Don Justino, en compañía de su hijo Faustino y su esposa María, tratan de mantener vigente el gusto de la gente por su trabajo, lo cual les mantiene frente al soplete a más de 3 mil 500 grados centígrados exponiéndose a fuertes quemaduras y en verano a deshidratación.
"Nuestra trayectoria es muy grande, sin embargo, vino una invasión asiática y nos hizo pedazos con piezas parecidas a las nuestras, pero con otro material".
Por ejemplo, las figuras que damos a 100 pesos, ellos las ofrecen en 20 pesos, entonces comerciantes de Cancún y el Distrito Federal nos desplazaron por el costo, explicó.
Para hacer cada una de las figuras, que le solicitan, compra de oro y varilla alemana (vidrio de laboratorio que se usa para hacer probetas), cada 90 días adquiere un cuarto de oro el cual actualmente el kilo se cotiza entre 70 y 90 mil pesos.
Apagando el soplete
Sin un molde y mucha imaginación, se inició tras unirse a un grupo de artesanos como su representante en 1960, ahí aprendió a trabajar el cristal y en 1988 abrió su propio taller.
Justino, quien se especializó en Cristos asegura que para este tipo de trabajo se necesita mucha dedicación pero hay algo más importante todavía.
El mercado mexicano es muy bueno pero hace falta acercamiento a la gente, que conozcan lo que ofrecemos, teníamos un local en Coyoacán, donde trabajábamos sábado y domingo e hicimos nuestro emporio pero ya tiene casi un año que están remodelando el parque y nos desplazaron, por lo tanto la gente no sabe dónde estamos o si aún trabajamos".
Faustino García, que se considera entre los mejores del mundo en este arte, aprendió a estirar el vidrio porque ante las huelgas de los maestros en 1998, se aburría y le pidió que le enseñaran, perfeccionando su técnica en Art Deco y Art Nouveau tras estar varios meses aprendiendo de expertos en Japón.
"Todo nuestro trabajo iba dirigido a eventos sociales (bodas, bautizos, recuerdos luctuosos XV años, etc), las personas pedían 100 o 200 piezas, eso enriquecía la comercialización y ahora la gente prefiere otros productos más baratos, este tipo de labor tiene una tendencia a desaparecer porque además de los altos costos de los insumos no hay cultura para apreciarla".
Un negocio familiar donde no se hacen piezas en serie pues al día se pueden producir 50 piezas chicas, 20 medianas y una grande cada dos días por persona; al parecer esta destinado a desaparecer pese a su competitividad con grandes artistas de América, Europa y Asia.
"Hemos realizado exhibiciones en Japón, Canadá, Italia y Francia, realizamos trabajos para todos los presidentes desde Gustavo Díaz Ordaz hasta Felipe Calderón quien tiene en su escritorio un Ángel de la Independencia".
Reiteró que si bien gozan de una buena reputación, la crisis también afecta "y no sabemos cuanto tiempo podremos aguantar", afirmó.
Dentro de sus trabajos más sobresalientes destacan la réplica del barco de William Adams, que fue el primero de estilo europeo que visito de Osaka al puerto de Acapulco en el año 500, y de Asia a América, el cual le llevó a su hijo un mes hacerlo y tiene 1.70 metros de ancho y 1.20 metros de alto, el cual lo armó por partes y fue un regalo para el príncipe de Japón.
Otro más fue un báculo al Papa Juan Pablo II en su primer visita a México; mide casi dos metros de altura y en la actualidad reside en el Vaticano.
Otra es una maqueta que va de la fundación de Tenochtitlán y hasta la conquista de México que le costó cerca de 40 mil pesos y quedó en segundo lugar en un consurso de Fonart.
Justino aseguró que mantendrá la tradición hasta us últimos días; "es un negocio que debe perdurar en México".
Recalcó que en el último año se registró un aumento importante en el costo de las materias primas, no obstante, se hace un esfuerzo por mantener precios, a fin de se mantenga la demanda.
Fuente: http://www.eluniversal.com.mx/articulos/51922.html
Crédito: Eduardo Camacho
Site: http://elartebrillante.synthasite.com/
Contacto: artesaniascristal@prodigy.net
Ubicación: Cd de México
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