miércoles, noviembre 23, 2011

Día 327: Tubohotel, es un complejo ecoturístico ubicado a la entrada del Pueblo Mágico de Tepoztlán.

23 de noviembre del 2011

Hasta hace poco tiempo, los tubos de concreto utilizados para los sistemas de drenaje profundo no tenían otro destino que el subsuelo de las grandes ciudades.
De la mano de Ana García y su esposo, Robb Anderson, hoy también son una forma de alojamiento divertida, económica y que respeta el medio ambiente.

Tubohotel (www.tubohotel.com) es un complejo ecoturístico ubicado a la entrada del Pueblo Mágico de Tepoztlán, en Morelos. Sus habitaciones están formadas por 20 tubos, de 2.1m de diámetro por 3m de largo. Están equipadas con una cama matrimonial, un ventilador, una lámpara de lectura y cuentan con un espacio para equipaje. Como en un campamento, los baños y regaderas se localizan a unos cuantos metros de las habitaciones.

El emprendimiento, que vio la luz a finales del año pasado, está dirigido a quienes viajan con una mochila al hombro y buscan un lugar cómodo y limpio donde dormir, pero a precios accesibles. ¿La tarifa? $500 los fines de semana y $400 entre semana.

Ana, chef de profesión, y Robb ya tenían algunos antecedentes como emprendedores. En 2001 fundaron el restaurante y escuela de cocina La Villa Bonita, en Cuernavaca. Su objetivo era la promoción de la gastronomía mexicana entre turistas extranjeros.

Luego fundaron Café5, un centro cultural y de exposición para artistas plásticos que incluía una cafetería. Para la remodelación de los baños del lugar, el arquitecto Arturo Cano les recomendó utilizar materiales reciclados (como láminas de espectaculares) y un tubo de concreto, que además de que era térmico les permitió bajar considerablemente los costos.

Hace seis años, la pareja mudó su negocio a Tepoztlán. “Queríamos alejar a nuestra familia del bullicio de la ciudad y ofrecer un ambiente más tranquilo y rústico a nuestros clientes”, cuenta Ana. Ante la creciente demanda de alojamiento en la zona, los emprendedores empezaron a trabajar en su tercer proyecto: un hotel pequeño, que además de ofrecer una experiencia de alojamiento diferente fuera sustentable. Entonces retomaron la idea de utilizar tubos de concreto para la construcción.

Ana y Robb también alquilan el hotel, ubicado en medio de una huerta orgánica, para la celebración de eventos, y además ofrecen el servicio de banquetes. Entre sus planes a futuro está replicar su negocio en otros estados del interior del país.

Fuente: http://www.soyentrepreneur.com/dormir-en-un-tubo.html

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