Una de las bondades de este tipo de negocios es que no tienen un arranque lento
Ernesto Monroy Yurrieta, quien eligió una casona construida en los años cincuenta ubicada en una de las avenidas más clásicas y antiguas de la ciudad de Toluca para abrir El Laberinto, un local que combina una cafetería con una librería y donde los clientes pueden hojear un buen libro mientras degustan el espresso de su preferencia.
Una de las bondades de este tipo de negocios es que no tienen un arranque lento, pues desde el inicio empiezan con un buen registro de ventas. Desde su apertura, El Laberinto se posicionó rápidamente entre los consumidores y, a un año y medio de su inauguración, es ya un lugar al que concurren clientes de todo tipo y edades a cualquier hora del día. "Encontramos un muy buen nicho porque recibimos clientes que van desde los muy jóvenes que vienen en grupo, hasta los intelectuales solitarios que se sientan a leer acompañados de una taza de café", comenta nuestro entrevistado.
Monroy Yurrieta dice que otro segmento de su clientela "ha encontrado en El Laberinto un espacio de expresión cultural", ya que además el lugar se ha identificado también como un recinto de arte donde se celebran desde círculos literarios o exposiciones de pintura hasta clases de inglés u otros talleres. Y agrega: "este espacio lo puede usar quien lo desee".
Nos explica que no existía una cafetería-librería así en su localidad, por lo que "quisimos complementar el concepto con buena lectura a través de libros y de una importante colección de revistas, acervo que puede leer el cliente mientras se toma un café". En lo que una vez fueron las recámaras del inmueble, ahora se adaptaron salones privados donde también tienen juegos de mesa, ajedrez y rompecabezas.
Este empresario, de poco más de 40 años, invirtió entre 1.8 y dos millones de pesos para iniciar este negocio. Los recursos fueron destinados principalmente al alquiler de la casona, su rehabilitación y adecuación (para lo cual contrató a diseñadores que respetaron las características del inmueble), a los 10 mil volúmenes de acervo bibliográfico -donde la mayoría de las casas editoras le pidieron los pagos de contado-, y otra parte fue para la compra de mobiliario y el equipamiento necesario, así como para la decoración del lugar.
Transcurrieron cinco meses desde que planeó abrir el negocio hasta su apertura. "Ha sido un negocio rentable", sostiene.
"Todos los meses hemos vendido más que el anterior".
Dieciocho meses después lleva facturados 2.5 millones de pesos con un promedio de ventas de casi 140 mil pesos al mes. "Al día de hoy hemos atendido más de 25 mil cuentas y hemos servido más de 30 mil shots de café", concluye Monroy.
Fuente: http://www.soyentrepreneur.com
Crédito: Nora Castaños Rocha
SitioWeb: http://www.facebook.com/pages/El-Laberinto
Empresa: Cafetería El Laberinto,
Fundación: 2007
Giro: Cafetería
Ubicación: Toluca,
Contacto: Facebook
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