Loma Linda se alza en una construcción inspirada en una típica hacienda poblana
En el corazón de Las Lomas se encuentra uno de los restaurantes más tradicionales y de mayor prestigio en el DF: Loma Linda. Su historia es como pocas: no cualquiera pude decir con tanto orgullo que viene dando un servicio caracterizado por su exquisitez y excelencia desde 1924. Es el restaurante obligado e indiscutible de la zona a la hora de buscar calidad y perfección entre sus múltiples y suculentos platillos, principalmente sus famosos cortes de carnes, cerrando con sus deliciosos postres caseros.
Loma Linda se alza en una construcción inspirada en una típica hacienda poblana. A lo largo de los años ha funcionado como cafetería, salón de baile y finalmente como restaurante desde marzo de 1956 hasta nuestros días. Este lugar tan tradicional alberga un historia muy particular que amerita ser relatada.
A principios de siglo, Las Lomas era una zona periférica y la urbe se concentraba principalmente en la Roma y la Condesa. En busca de expandir y poblar un poco más la región, la compañía inmobiliaria estadounidense Chapultepec Hights fracciona la zona de Lomas Chapultepec y se da a la tarea de vender lotes al módico precio de 12 pesos por metro cuadrado. Entre sus asistentes se encontraba un estadounidense llamado Albert Edward Blair, el cual se casó con Antonieta Rivas Mercado, hija del famoso arquitecto Antonio Rivas Mercado, quien levantó obras como la Columna de la Independencia, la terminación del Teatro Juárez de Guanajuato y el Palacio Municipal de Tlalpan.
El señor Blair tenía entre sus amistades a la estadounidense Elizabeth Degrees Rich, muy famosa por su cafetería con deliciosos helados y pasteles, ubicada en lo que hoy es la colonia Hipódromo Condesa. Ingeniosamente, Blair decide regalarle un predio a la señora Rich, aprovechando su fama y la de su cafetería y con la intención de atraer a la gente y lograr vender así más terrenos. Se le da la opción a la señora Rich de elegir entre el parque o el terreno de Loma Linda, y elige este último. El 13 de agosto de 1924 finalmente abre sus puertas el Té Danzante, nombre que adquirió a través de los jóvenes de la época, ya que era una cafetería donde se iba a bailar de cinco de la tarde a once de la noche y a tomar té (¡vaya que si los jóvenes de la época sabían cómo divertirse!).
El lugar empezó a adquirir mucha fama, y fue tal el éxito que suscitó entre la juventud de Las Lomas, que incluso bandas tan famosas como Los Cuates Castilla iban a tocar en vivo. El éxito del Té Danzante perduró muchos años, hasta que subió como Jefe del Departamento del Distrito Federal Ernesto Peralta Uruchurtu en 1952, apodado El regente de hierro. Uruchurtu, un tanto conservador, veía con malos ojos ese estilo de vida tan "desenfrenado" que representaba bailar y quedarse hasta altas horas de la noche, y comenzó a prohibir cualquier tipo de baile, con lo que bajó considerablemente la clientela del Té Danzante. La señora Rich, ante ese panorama, decide volver a Estados Unidos, no sin antes vender el lugar al señor José del Moral Gadsen en marzo de 1956.
En uno de sus tantos viajes al sur del continente, don José conoce en Argentina a un gaucho que lo introduce a las técnicas artesanales de la deliciosa comida argentina, ilustrándolo en los distintos cortes de carne y empanadas. Como todo un visionario, don José introduce la cocina argentina a México y funda el que sería el primer restaurante de cortes al carbón en toda la ciudad, llamándolo Loma Linda. Está por demás decir el éxito que tuvo y que hasta hoy lo ha mantenido entre los favoritos de la zona. Con los años fue adquiriendo el sobrenombre de La Tablita, y aunque muchos restaurantes han tratado de aprovechar su fama e incluso adjudicarse ese nombre, el único y original lugar de carnes al carbón que sirve siempre con el punto de cocción deseado por el cliente es Loma Linda, tradición que no se verá desvanecer en mucho tiempo.
La semblanza devela una riqueza histórica cautivadora, reflejada tanto en la calidad de los ingredientes y la selección de propuestas, como en el ingenio que se despliega en la cocina. Cualquiera de las propuestas gastronómicas, acompañada de alguno de los mejores vinos, es una apuesta segura para todos los gustos en Loma Linda. Los resultados no sólo se encuentran en su comida, sino también en el cálido ambiente que inunda el lugar. El tamaño y la ambientación, así como su hermosa terraza, son la combinación ideal para que los comensales se encuentren a gusto, y es esa confianza de la gente la que le ha permitido mantenerse por tantos años y perpetuándose por generaciones. La razón del éxito de Loma Linda está a la vista, a salón lleno. Es la clase de restaurante confiable, que no falla nunca; una verdadera solución a la hora de elegir un lugar para salir a comer o cenar.
Loma Linda se alza en una construcción inspirada en una típica hacienda poblana. A lo largo de los años ha funcionado como cafetería, salón de baile y finalmente como restaurante desde marzo de 1956 hasta nuestros días. Este lugar tan tradicional alberga un historia muy particular que amerita ser relatada.
A principios de siglo, Las Lomas era una zona periférica y la urbe se concentraba principalmente en la Roma y la Condesa. En busca de expandir y poblar un poco más la región, la compañía inmobiliaria estadounidense Chapultepec Hights fracciona la zona de Lomas Chapultepec y se da a la tarea de vender lotes al módico precio de 12 pesos por metro cuadrado. Entre sus asistentes se encontraba un estadounidense llamado Albert Edward Blair, el cual se casó con Antonieta Rivas Mercado, hija del famoso arquitecto Antonio Rivas Mercado, quien levantó obras como la Columna de la Independencia, la terminación del Teatro Juárez de Guanajuato y el Palacio Municipal de Tlalpan.
El señor Blair tenía entre sus amistades a la estadounidense Elizabeth Degrees Rich, muy famosa por su cafetería con deliciosos helados y pasteles, ubicada en lo que hoy es la colonia Hipódromo Condesa. Ingeniosamente, Blair decide regalarle un predio a la señora Rich, aprovechando su fama y la de su cafetería y con la intención de atraer a la gente y lograr vender así más terrenos. Se le da la opción a la señora Rich de elegir entre el parque o el terreno de Loma Linda, y elige este último. El 13 de agosto de 1924 finalmente abre sus puertas el Té Danzante, nombre que adquirió a través de los jóvenes de la época, ya que era una cafetería donde se iba a bailar de cinco de la tarde a once de la noche y a tomar té (¡vaya que si los jóvenes de la época sabían cómo divertirse!).
El lugar empezó a adquirir mucha fama, y fue tal el éxito que suscitó entre la juventud de Las Lomas, que incluso bandas tan famosas como Los Cuates Castilla iban a tocar en vivo. El éxito del Té Danzante perduró muchos años, hasta que subió como Jefe del Departamento del Distrito Federal Ernesto Peralta Uruchurtu en 1952, apodado El regente de hierro. Uruchurtu, un tanto conservador, veía con malos ojos ese estilo de vida tan "desenfrenado" que representaba bailar y quedarse hasta altas horas de la noche, y comenzó a prohibir cualquier tipo de baile, con lo que bajó considerablemente la clientela del Té Danzante. La señora Rich, ante ese panorama, decide volver a Estados Unidos, no sin antes vender el lugar al señor José del Moral Gadsen en marzo de 1956.
En uno de sus tantos viajes al sur del continente, don José conoce en Argentina a un gaucho que lo introduce a las técnicas artesanales de la deliciosa comida argentina, ilustrándolo en los distintos cortes de carne y empanadas. Como todo un visionario, don José introduce la cocina argentina a México y funda el que sería el primer restaurante de cortes al carbón en toda la ciudad, llamándolo Loma Linda. Está por demás decir el éxito que tuvo y que hasta hoy lo ha mantenido entre los favoritos de la zona. Con los años fue adquiriendo el sobrenombre de La Tablita, y aunque muchos restaurantes han tratado de aprovechar su fama e incluso adjudicarse ese nombre, el único y original lugar de carnes al carbón que sirve siempre con el punto de cocción deseado por el cliente es Loma Linda, tradición que no se verá desvanecer en mucho tiempo.
La semblanza devela una riqueza histórica cautivadora, reflejada tanto en la calidad de los ingredientes y la selección de propuestas, como en el ingenio que se despliega en la cocina. Cualquiera de las propuestas gastronómicas, acompañada de alguno de los mejores vinos, es una apuesta segura para todos los gustos en Loma Linda. Los resultados no sólo se encuentran en su comida, sino también en el cálido ambiente que inunda el lugar. El tamaño y la ambientación, así como su hermosa terraza, son la combinación ideal para que los comensales se encuentren a gusto, y es esa confianza de la gente la que le ha permitido mantenerse por tantos años y perpetuándose por generaciones. La razón del éxito de Loma Linda está a la vista, a salón lleno. Es la clase de restaurante confiable, que no falla nunca; una verdadera solución a la hora de elegir un lugar para salir a comer o cenar.
Crédito: Portal Loma Linda
SitioWeb: http://lomalinda.com.mx
Empresa: Loma Linda
Fundación: 1924
Giro: Alimentos, Restaurante
Ubicación: Cd. de México
Contacto: reforma@lomalinda.com.mx
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