“El primer reto fue asegurarnos de que hubiera credibilidad en cuanto a que los medicamentos y consultas médicas que ofrecemos son de calidad”
Después de meses de labor intensa, el 7 de agosto de 1999 abrieron la primera sucursal en Tizayuca, Hidalgo. “Dimos este paso con mucha seguridad, ya que observamos que un sector importante de la población no contaba con atención médica ni poder adquisitivo para comprar medicamentos”, afirma Rodolfo Aréchiga Serrano, director médico de Farmacias GI.
Pero el recibimiento de los consumidores no fue el esperado a pesar de que la lógica pintaba un escenario positivo, debido a que se trataba de medicamentos con la misma calidad que uno de patente pero a precios radicalmente más bajos. La única explicación para esta situación fue que la gente desconocía qué era un medicamento genérico y genérico intercambiable.
La oferta de Farmacias GI, por un lado, incluye medicamentos genéricos y genéricos intercambiables, productos naturistas y de botica, así como material de curación y perfumería, entre otros–. Aunque también cada sucursal cuenta con un consultorio donde un médico titulado da consulta general a los clientes –en un principio, con un costo de $10–, para que después surtan su receta en la farmacia.
“El primer reto a superar consistió en asegurarnos de que hubiera credibilidad en cuanto a que los medicamentos y consultas médicas que ofrecemos son de calidad”, dice León Muñoz. “Las personas pensaban que por tratarse de productos y servicios más económicos no eran confiables. Por lo tanto, teníamos que comunicarles de manera efectiva que nosotros contamos con todos los requisitos y registro de autorización por parte de la Secretaría de Salud para salir al mercado”.
El arranque fue lento, pero en menos de una década, se logró integrar una red compuesta por 1,300 unidades. Se dice fácil a diez años de distancia, pero la pregunta es: ¿cómo controlar a un grupo de estas dimensiones? Desde el comienzo los emprendedores, a través de su socio de negocios Grupo Farmacéutico Bruluart, convocaron a representantes de 22 estados de la República para sumarse a este nuevo concepto de comercialización de medicamentos.
Para facilitar la logística del negocio, se creó un almacén estatal, dirigido por un representante de Farmacias GI que tiene la facultad de explotar la marca dentro de su entidad, “debido a que conoce los retos y oportunidades que hay en el mercado local”, dice el director general. Mientras que en Tlalnepantla, Estado de México se localiza el almacén principal que surte a los estatales que, a su vez, por medio de un solo pedido abastecen a todas las franquicias que se ubican dentro de su territorio.
“Es imposible controlar 1,300 unidades, pero sí puedes operar con la ayuda de un grupo de representantes de los estados que, además, hablan tu mismo lenguaje”, asegura Aréchiga Serrano. Por su parte, León Muñoz explica que la idea de trabajar de este modo se basa en la filosofía de uno de sus principales socios de negocios Andrés Aguirre Díaz, Presidente de Grupo Farmacéutico Bruluart, que dice: “Que te vaya bien a ti para que me pueda ir bien a mí”.
Cuando rebasaron el umbral de las 1,000 sucursales, los directivos de Farmacias GI –que hasta entonces manejaron el modelo de negocios sin asesoría externa– contactaron a una firma consultora especialista en franquicias. Así, fortalecieron puntos clave y terminaron de profesionalizar el concepto, sobre todo, porque el plan es continuar con el crecimiento de la firma.
Lo que inició como un proyecto desarrollado por cinco personas en 1999, hoy es un corporativo que ha generado más de 4,000 empleos directos, todos ellos respaldados por una marca posicionada en el mercado. “El franquiciatario que buscamos es una persona emprendedora que, si bien debe cumplir con lo establecido por el modelo de la franquicia, cuente con experiencia en negocios para resolver las par-ticularidades del día a día”, afirma el director médico.
Una década ha pasado y Farmacias GI representa una sólida oportunidad de negocios para los emprendedores. “La inversión inicial es de unos $250,000, con una utilidad promedio de 30 a 40% y un retorno de inversión estimado en 12 meses, así como una nueva imagen corporativa para llegar a otros sectores socioeconómicos y un servicio de quejas y sugerencias en línea para mejorar el servicio al cliente”, concluye León Muñoz.
Crédito: Germán Sánchez
SitioWeb: http://www.farmaciasgi.com.mx/
Empresa: Farmacias GI
Fundación: 1999
Giro: Salud
Ubicación: Hidalgo
Contacto: generin@farmaciasgi.com
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